Juego y creatividad parten del mismo principio.

Jugar implica fundar un mundo diferente a través del pensamiento creador.

Ensayar nuevas respuestas frente a los interrogantes, fuera de las "certezas" cotidianas.

Instalar otras coordenadas temporo-espaciales donde demorarnos, alejados del reloj.

Transformar los objetos, des-cubrirlos en su materialidad y despojarlos de su funcionalidad.